Las rutinas de los talleres consiste en conocimientos abundantes y diversos, incluyendo extensión y contracción, equilibrios, saltos, adoptando la forma de lucha de diferentes animales, comprometiendo el trabajo a casi todas las partes del cuerpo. Puede decirse que de todas las artes marciales actuales derivadas de las enseñanzas de los antiguos monjes orientales, el Kung Fu Wushu es la más completa.
Recoge y perfecciona posiciones, movimientos, patadas, llaves y logra con la amalgama de todos ellos un equilibrio perfecto entre cuerpo y mente, componente físico y contenido espiritual a la vez que consigue llevar a cabo el ambicioso proyecto de llenar de significado místico hasta el más mínimo de los gestos utilizados.
Por tanto un practicante de Kung Fu Wushu debería tener una meta sublime y motivos puros, oponerse a la fuerza bruta y prepararse para defender la honradez cortesía, adquirir valor, fortaleza, sonda psicológica, ética elevada y mentalidad perfecta.
Los límites del Kung Fu Wushu es la vida misma lejos de los aspectos deportivos y la potencia atlética.
El ejercicio regular de Kung Fu Wushu, mejora la función del sistema cardiovascular, endocrino, nervioso, excretor, etc; aumenta el metabolismo aeróbicos y anaeróbicos, estimula y mejora la respiración, incrementando así la energía vita, desarrollo fuerza, agilidad, flexibilidad y previene las enfermedades.
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