Sensaciones durante la práctica de tai chi chuan



Por Daniel Reid


Cuando las personas comienzan a practicar tai chi chuan y qi gong experimentan sensaciones
desconocidas. En la mayoría de los casos se tratan de señales normales de progreso y no deberían provocar
alarma. A continuación resumo algunas de estas sensaciones:

Entumecimiento y cosquilleo: son sensaciones habituales en las primeras etapas de la práctica. El
entumecimiento sucede cuando nuestro cuerpo no está acostumbrado a mantener por largos períodos
algunas posturas que requieren gran trabajo de piernas. El cosquilleo se manifiesta en las extremidades,
especialmente manos y pies debido a la mayor circulación de sangre y energía y la mejoría en la
transmisión de los impulsos nerviosos.

Temblores: estos también se suceden a causa de la mayor circulación sanguínea y energética. También
están relacionados a la tensión muscular crónica en diversas partes del cuerpo como la espalda o lo
hombros. A medida que la energía circula a través de los meridianos, cualquier tensión muscular que
encuentra en el camino tiende a bloquear el libre flujo de ésta, provocando que los músculos tiemblen
cuando la misma intenta abrirse camino.

Calor: cuando el calor se genera a partir de la energía significa que se están abriendo los centros
energéticos del cuerpo, indicando un progreso concreto en la práctica. También el calor puede
experimentarse cuando se activan las respuestas curativas del organismo. Si hay toxinas, bacterias u otros
factores que pueden provocar enfermedades, el sistema inmunitario aumentará el calor corporal para
matar dichas toxinas. Es una respuesta natural del cuerpo e indica que la práctica está eliminando con
éxito factores que generan enfermedades.

Frío: las sensaciones de frío están asociadas a emociones de temor crónico o miedos agudos. El frío
también es señal de desintoxicación y limpieza del sistema inmunitario. Por otro lado, cuando la sensación
es de frío por la superficie se reconoce como “chi helado” e implica un gran avance en la práctica. Ésta es
una reacción normal cuando los meridianos han estado bloqueados por largo tiempo y se liberan con la
circulación energética generando una sensación de frío.

Transpiración: esta es una reacción natural de la práctica e indica que la energía circula a través de los
meridianos, abriendo los poros y permitiendo la salida por los mismos del exceso de “fuego”.
Inflamaciones y dolores: en las primeras etapas de la práctica es posible que ciertas partes del cuerpo se
sientan inflamadas debido a la falta de fuerza en los músculos y tendones. Otra causa posible son las
posturas incorrectas. Si los movimientos se realizan sin tener en cuenta los puntos básicos de cada postura
se obstruye la circulación en rodillas, tobillos, cadera, provocando dolor.

Dolores de cabeza y ojos: suelen ser resultado de las técnicas de respiración realizadas de manera
incorrecta ya que hay una tendencia retener el aliento, o simplemente olvidarse de respirar al realizar los
movimientos. También pueden surgir de la tensión en cuello y hombros a partir de posturas incorrectas. Y
una tercera causa puede ser la falta de ejercicios de enfriamiento y recolección de energía al concluir una
práctica.

Insomnio: el tai chi chuan estimula la secreción de hormonas y neurotransmisores, potencia la circulación
de la sangre y energía en todo el cuerpo y estimula el cerebro. El resultado general es el aumento de la
vitalidad que puede implicar un reajuste en los patrones del sueño. Luego de un tiempo de práctica el
cuerpo se acostumbrará a los nuevos patrones de sueño, durmiendo menos horas pero con un descanso
más profundo.

Eructos, tos y gases: la práctica ayuda a expulsar los elementos tóxicos de la energía estancada en los
órganos internos y a veces estos son expulsados en forma de eructos, tos o gases. Se trata de una señal
normal de desintoxicación y un indicador positivo de que se está practicando correctamente.

Mareos: la restauración de la circulación sanguínea y energética en el cerebro y la oxigenación de los
tejidos es una causa habitual de los mareos generados por la práctica. También pueden producirse por la
eliminación de toxinas acumuladas en el cerebro y cuello, lugares donde se concentran con mayor
densidad.

Escozor: cuando la energía circula por la piel para fortalecer la “energía protectora” a veces se siente
como si pequeños insectos caminaran por debajo de la piel. Es una señal positiva de progreso indicando el
fortalecimiento energético en general.

Pesadez y ligereza: son reacciones normales de la asimilación de la energía del Cielo (ligereza) y de la
Tierra (pesadez). Las mismas desaparecen cuando el cuerpo se acostumbra a esta recepción energética y a
estar en contacto con el Cielo y la Tierra en un continuo intercambio de chi.

Risa y llantos: los repentinos brotes de risa o llanto espontáneos durante la práctica son reacciones
normales e indican desequilibrios profundos en los órganos vitales y sus energías relacionadas, que se
están re-equilibrando adecuadamente.

Movimiento espontáneo: cuando el cuerpo, la respiración y la mente entran en un estado profundo de
calma durante la práctica, pueden producirse movimientos repentinos de la cabeza, extremidades, el
torso, etc. Esto indica la corrección de desequilibrios profundos dentro del sistema de energía y la
expulsión de energía estancada del cuerpo a través de diversos canales y puertas.

En general, no debemos alarmarnos cuando tenemos alguna o varias de estas sensaciones ya que indican
avances en la práctica y las mismas desaparecerán con el tiempo, y aparecerán nuevas, despertando
continuamente distintas partes de nuestro cuerpo y sistema energético.

Bibliografía:
“El libro del chi kung: principios teóricos y aplicaciones prácticas.” de Daniel Reid
Ediciones Urano – 1998.

Nenhum comentário:

Postar um comentário